¿Qué pasó realmente con la toro?

Corría el mes de Octubre y todos disfrutábamos de la gran fiesta de la cerveza y la grasa en Sevilla, y todo iba bien. J. acudía a trabajar cada mañana de sábado al festival en su potente toro. Pero una mañana J. no volvió a ser el mismo, una mañana a J. se le habían apagado sus ganas de trabajar, sus ganas de vivir en definitiva. La toro ya no estaba. La mejor bicicleta jamás vista había sido sustraida por una peligrosa organización de robadores de bicis ucranios, o peor, rumanos.

Sin embargo, una vez más, donde hay un escándalo que destapar está AHG. En un arriesgado trabajo de investigación, en el que nos hemos visto obligados a infiltrar un reportero entre el círculo de amistades de J, pudimos obtener esta instantánea realizada por un móvilaficionado. En esta, podemos ver en el zona inferior derecha como aún aparece uno de los cuernos de la toro.

Al fondo de la imagen vemos como Rufo, conocido transeunte de la zona sur de Nervión, intercambia algo con J. que parecen ser unas monedas. AHG está en condiciones de afirmar, y de denunciar, que la toro jamás fue robada, sino que J. se la vendió a Rufo por una ínfima cantidad de dinero.

El hecho nos parece de una gravedad extrema, dado que consideramos que J. jugó con los sentimientos de toda una ciudad manchando la memoria de la toro a cambio de un puñado de euros.