Por primera vez, y sin que sirva de precedente, y ante las continuas y feroces críticas que estamos recibiendo, uno de nuestros reporteros estrella ha decidido dar la cara.
En un estado de duermevela semifebril pensé que me sería imposible pasar ya no un sobre abultado, ni si quiera una hoja con algo escrito bajo su puerta, permanentemente cerrada y sin ranuras por ninguna parte. Entonces una idea feliz me hizo despertar del mal sueño, pensé que realmente le escribía por email y que las letras en la pantalla del ordenador no tienen grosor, o tan pequeño que seguro cabrían por debajo de su puerta. Recuperé cierta tranquilidad y me quedé dormida.
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En un estado de duermevela semifebril pensé que me sería imposible pasar ya no un sobre abultado, ni si quiera una hoja con algo escrito bajo su puerta, permanentemente cerrada y sin ranuras por ninguna parte. Entonces una idea feliz me hizo despertar del mal sueño, pensé que realmente le escribía por email y que las letras en la pantalla del ordenador no tienen grosor, o tan pequeño que seguro cabrían por debajo de su puerta. Recuperé cierta tranquilidad y me quedé dormida.
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